domingo, 6 de febrero de 2011

El Juego de Dios

Supongo que no estaria aqui si mi ducha no se hubiera dañado esta mañana. Estaria en mi laboratorio tratando de hacer funcionar infinidad de electrodos y algoritmos. Sin embargo, aquí estoy, después de varios meses sin escribir en el blog, y sin una idea clara de que demonios quiero decir mientras tecleo estas palabras.
Una cosa lleva a otra, eso escribí en una entrada de mi blog hace ya talvez mas de un año. Estaba fascinado por el descubrimiento de las serendipias, de aquellos momentos históricos en que una busqueda ha sido marcada por el hallazgo de algo totalmente maravilloso (o inmensamente peligroso) pero que en últimas no tenía absolutamente nada que ver con lo que originalmente se pretendía encontrar.
Durante los últimos meses he pensado en la existencia del destino y el libre albedrío. Son principios mutuamente excluyentes, en un primer análisis. La creencia popular de que cada cual construye su propia suerte esta basada en el convencimiento de que podemos elegir. Cada segundo de nuestras vidas es una multi-furcación que da origen a universos infinitos donde todo sucederá de manera diferente. Y sin embargo...
Creo que fue Schopenhauer el que dijo que "podemos hacer lo que queramos, pero no podemos querer lo que queremos" y tal vez estaba absolutamente en lo cierto. Cada pequeño suceso en el universo tiene sus raíces en sucesos anteriores, el principio de la causalidad dice que nada sale de la nada (aunque nuestros queridos físicos tiendan a contradecirse, alegando que "excepto, por supuesto, durante el Big Bang"). Si nada sale de la nada, entonces el universo es infinito hacia atrás en el tiempo. Si nada sale de la nada, y las leyes del universo son sólo un conjunto definido (es decir, si creemos que las manzanas SIEMPRE caerán hacia abajo) entonces, si conocemos el estado actual del universo, tenemos todas las variables que darán lugar a su próximo estado. Es decir: si conocemos todos los factores, y la relación entre ellos, tenemos que poder conocer el resultado. Y si esto es así, agarrémonos, porque, si el conjunto de relaciones es único, y las variables tienen un solo estado, el próximo estado ya ha sido definido. TODOS los próximos estados ya han sido definidos.
Para no enredarme más: el futuro está escrito. Está escrito porque en un determinado momento sólo existe un conjunto de relaciones y un conjunto de variables. Nuestro futuro depende de lo que queramos, pero lo que queremos ya ha sido determinado por la infinidad de sucesos previos. Dios parece jugar a los dados, pero en realidad los dados están cargados.
Ahora, la mención de Dios aquí alertará a algún ateo casual que dirá: precisamente, si ya todo está dicho, rezar no cambiará nada, y portarse bien tampoco. Bueno, pues en cierta manera tiene razón. Pero se le olvida que eso no se puede decidir. Si uno quiere ser malo o bueno, trabajador o perezoso, defensor de causas perdidas o causa de todas las pérdidas, eso no sucede porque uno realmente lo quiera. Sucede porque el universo entero hizo que así fuera.
Palabras realmente peligrosas, porque entonces sale el genocida y dice: "yo me cargué a media ciudad, pero es culpa del universo". Esta es la parte en que me doy cuenta a donde demonios lleva escribir lo que a uno le va saliendo a la cabeza...
La existencia de la causalidad es prueba de la existencia de Dios (el creador del algoritmo, el escritor de la historia), el problema también es que nos libera de nuestra responsabilidad... trágico sino, la verdad.
Hmmm... sumario: La única forma de cambiar el destino es a través de un acto voluntario que modifica las leyes del universo en un determinado instante. Pero esto implica la existencia de algo metafísico capaz de cambiar las leyes del universo. Por otro lado, el hecho de no poder cambiarlas implica que ya todas fueron escritas, y tiene que haber un escritor. El que quiere ser bueno se le enreda la vida, porque no sabe si realmente el universo está conspirando en la dirección adecuada, pero si su voluntad puede afectar el universo, las leyes entonces son susceptibles de ser cambiadas, y las manzanas pueden caer para arriba.

Ahora veo porqué los filósofos se han partido la cabeza durante siglos tratando de encontrarle una respuesta digerible a este asunto...

1 comentario:

  1. bueno esto esta bien bien loco, lo leí varias veces, y hasta metiste al loco existencia-lista ese jajaja, pero si eso de los buenos actos pues te ira dando algunos resultados asi no sea lo que completamente quieres... el universo el universo podriamos o no hacer tantas cosas... un abrazo una maite lectora.

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