domingo, 18 de marzo de 2012
Cuentos de O. Henri
El Regalo de los Reyes Magos
O'Henry
Un dólar y ochenta y siete centavos. Eso era todo. Y setenta centavos estaban en peniques. Peniques ahorrados, uno por uno, discutiendo con el almacenero y el verdulero y el carnicero hasta que las mejillas de uno se ponían rojas de vergüenza ante la silenciosa acusación de avaricia que implicaba un regateo tan obstinado. Delia los contó tres veces. Un dólar y ochenta y siete centavos. Y al día siguiente era Navidad.
Evidentemente no había nada que hacer fuera de echarse al miserable lecho y llorar. Y Delia lo hizo. Lo que conduce a la reflexión moral de que la vida se compone de sollozos, lloriqueos y sonrisas, con predominio de los lloriqueos.
Mientras la dueña de casa se va calmando, pasando de la primera a la segunda etapa, echemos una mirada a su hogar, uno de esos departamentos de ocho dólares a la semana. No era exactamente un lugar para alojar mendigos, pero ciertamente la policía lo habría descrito como tal.
Abajo, en la entrada, había un buzón al cual no llegaba carta alguna, Y un timbre eléctrico al cual no se acercaría jamás un dedo mortal. También pertenecía al departamento una tarjeta con el nombre de "Mr. James Dillingham Young".
La palabra "Dillingham" había llegado hasta allí volando en la brisa de un anterior período de prosperidad de su dueño, cuando ganaba treinta dólares semanales. Pero ahora que sus entradas habían bajado a veinte dólares, las letras de "Dillingham" se veían borrosas, como si estuvieran pensando seriamente en reducirse a una modesta v humilde "D". Pero cuando Mr. James Dillingham Young llegaba a su casa v subía a su departamento, le decían "Jim" y era cariñosamente abrazado por la señora Delia Dillingham Young, á quien hemos presentado al lector como Delia. Todo lo cual está muy bien.
Delia dejó de llorar y se empolvó las mejillas con el cisne de plumas. Se quedó de pie junto a la ventana y miró hacia afuera, apenada, y vio un gato gris que caminaba sobre una verja gris en un patio gris. Al día siguiente era Navidad y ella tenía solamente un dólar y ochenta y siete centavos para comprar un regalo a jim. Había estado ahorrando cada penique, mes a mes, y éste era el resultado. Con veinte dólares a la semana no se va muy lejos. Los gastos habían sido mayores de lo que había calculado. Siempre lo eran. Sólo un dólar con ochenta v siete centavos para comprar un regalo a Jim. Su Jim. Había pasado muchas horas felices imaginando algo bonito para él. Algo fino y especial y de calidad -algo que tuviera justamente ese mínimo de condiciones para que fuera digno de pertenecer a Jim. Entre las ventanas de la habitación había un espejo de cuerpo entero. Quizás alguna vez hayan visto ustedes un espejo de cuerpo entero en un departamento de ocho dólares. Una persona muy delgada ágil podría, al mirarse en él, tener su imagen rápida y en franjas longitudinales. Como Delia era esbelta, lo hacía con absoluto dominio técnico. De repente se alejó de la ventana y se paró ante el espejo. Sus ojos brillaban intensamente, pero su rostro perdió su color antes de veinte segundos. Soltó con urgencia sus cabellera y la dejó caer cuan larga era.
Los Dillingham eran dueños de dos cosas que les provocaban un inmenso orgullo. Una era el reloj de oro que había sido de] padre de Jim y antes de su abuelo. La otra era la cabellera de Delia. Si la Reina de Saba hubiera vivido en el departamento frente al suyo, algún día Delia habría dejado colgar su cabellera fuera de la ventana nada más que para demostrar su desprecio por las joyas y los regalos de Su Majestad. Si el Rey Salomón hubiera sido el portero, con todos sus tesoros apilados en el sótano, Jim hubiera sacado su reloj cada vez que hubiera pasado delante de él nada más que para verlo mesándose su barba de envidia.
La hermosa cabellera de Delia cayó sobre sus hombros y brilló como una cascada de pardas aguas. Llegó hasta más abajo de sus rodillas y la envolvió como una vestidura. Y entonces ella la recogió de nuevo, nerviosa y rápidamente. Por un minuto se sintió desfallecer y permaneció de pie mientras un par de lágrimas caían a la raída alfombra roja.
Se puso su vieja y oscura chaqueta; se puso su viejo sombrero. Con un revuelo de faldas Y con el brillo todavía en sus ojos, abrió nerviosamente la puerta, salió y bajó las escaleras para salir a la calle.
Donde se detuvo se leía un cartel: "Mme. Sofronie. Cabellos de todas clases". Delia subió rápidamente Y, jadeando, trató de controlarse. Madame, grande, demasiado blanca, fría, no parecía la "Sofronie", indicada en la puerta.
"¿Quiere comprar mi pelo?", -preguntó Delia,
"Compro pelo", -dijo Madame. "Sáquese el sombrero y déjeme mirar el suyo".
La áurea cascada cayó libremente.
"Veinte dólares", -dijo Madame sopesando la masa con manos expertas.
"Démelos inmediatamente", -dijo Delia.
Oh, y las dos horas siguientes transcurrieron volando en alas rosadas. Perdón por la metáfora, tan vulgar. Y Delia empezó a mirar los negocios en busca del regalo para Jim.
Al fin lo encontró. Estaba hecho para Jim, para nadie más. En ningún' negocio había otro regalo como ése. Y ella los había registrado todos. Era una cadena de reloj, de platino, de diseño sencillo y puro, que proclamaba su valor sólo por el material mismo y no por alguna ornamentación inútil y de mal gusto -tal como ocurre siempre con las cosas de verdadero valor. Era digna del reloj. Apenas la vio se dio cuenta que era exactamente lo que buscaba para Jim. Era como Jim: valioso y sin aspavientos. La descripción podía aplicarse a ambos. Pagó por ella veinte dólares v regresó rápidamente a casa con ochenta v siete centavos. Con esa cadena en su reloj, Jim iba a vivir ansioso de mirar la hora en compañía de cualquiera. Porque, aunque el reloj era estupendo, Jim se veía obligado a mirar la hora a hurtadillas a causa de la gastada correa que usaba en vez de una cadena.
Cuando Delia llegó a casa, su excitación cedió el paso a una cierta prudencia y sensatez. Sacó sus tenacillas para el pelo, encendió el gas y empezó a reparar los estragos hechos por la generosidad sumada al amor. Lo cual es una tarea tremenda, amigos míos, -una tarea mastodóntica.
A los veinte minutos su cabeza estaba cubierta por unos rizos pequeños y apretados que la hacían parecerse a un encantador estudiante cimarrero. Miró su imagen en el espejo con ojos críticos, largamente.
"Si Jim no me mata", se dijo, "antes de que me mire por segunda vez, dirá que parezco una corista de Coney Island. Pero, ¿qué otra cosa podría haber hecho? ¡Oh! ¿Qué podría haber hecho con un dólar y ochenta y siete centavos?."
A las siete de la tarde el café estaba ya preparado y la sartén lista en la estufa para recibir la carne.
Jim no se retrasaba nunca. Delia apretó la cadena en su mano y se sentó en la punta de la mesa que quedaba cerca de la puerta por donde Jim entraba siempre. Entonces escuchó sus pasos en el primer rellano de la escalera y, por un momento, se puso pálida. Tenía la costumbre de decir pequeñas plegarias por las pequeñas cosas cotidianas y ahora murmuró: ,"Dios mío que Jim piense que sigo siendo bonita."
La puerta se abrió, Jim entró la cerró. Se le veía delgado y serio. Pobre muchacho, sólo tenía veintidós años y ¡ya con una familia que mantener! Necesitaba evidentemente un abrigo nuevo y no tenía guantes.
jim franqueó el umbral y allí permaneció inmóvil como un perdiguero que ha descubierto una codorniz. Sus ojos se fijaron en Delia con una expresión que su mujer no pudo interpretar, pero que la aterró. No era de enojo ni de sorpresa ni de desaprobación ni de horror ni de ningún otro sentimiento para los que que ella hubiera estado preparada. El la miraba simplemente, con fijeza, con una expresión extraña.
Delia se levantó nerviosamente y se acercó a él.
"Jim, querido, -le gritó-,"no me mires así. Me corté el pelo y lo vendí porque no podía pasarla Navidad sin hacerte un regalo. Crecerá de nuevo ¿no te importa, verdad? No podía dejar de hacerlo. Mi pelo crece rápidamente. Dime,"Feliz Navidad" y seamos felices. ¡No te imaginas qué regalo, qué regalo tan lindo te tengo!.",
"¿Te cortaste el pelo?", -preguntó Jim, con gran trabajo, como si no pudiera darse cuenta de un hecho tan evidente aunque hiciera un enorme esfuerzo mental.
Me lo corté y lo vendí dijo Delia. ,De todos modos te gusto lo mismo, ¿no es cierto? Sigo siendo la misma aún sin mi pelo, ¿no es así?," ]¡m pas@) su mirada por la habitación con curiosidad.
"¿Dices que tu pelo ha desaparecido?,, dijo con aire casi idiota.
"Se está viendo,", dijo Delia.". Lo vendí, ya te lo dije, lo vendí, eso es todo. Es Noche Buena, muchacho. Lo hice por ti, perdóname. Quizás alguien podría haber contado mí pelo, uno por uno",continuó con una súbita y seria dulzura, "pero nadie podría haber contado mi amor por ti. ¿pongo la carne al fuego?", preguntó.
Pasada la primera sorpresa, Jim pareció despertar rápidamente. Abrazó a Delia. Durante diez segundos miremos con discreción en otra dirección, hacia algún objeto sin importancia. Ocho dólares a la semana o un millón en un año, ¿cuál es la diferencia? Un matemático o algún hombre sabio podrían darnos una respuesta equivocada. Los Reyes Magos trajeron al Niño regalos de gran valor, pero aquél no estaba entre ellos. Este oscuro acertijo será explicado más adelante.
Jim sacó un paquete del bolsillo de su abrigo y lo puso sobre la mesa. "No te equivoques conmigo, Delia", dijo. "Ningún corte de pelo, o su lavado o un peinado especial harían que yo quisiera menos a mi mujercita. Pero si abres ese paquete verás por qué me has provocado tal desconcierto en un primer momento."
Los blancos y ágiles dedos de Delia retiraron el papel y la cinta. Y entonces se escuchó un jubiloso grito de éxtasis; y después, iay! un rápido y femenino cambio hacia un histérico raudal de lágrimas y de gemidos, lo que requirió el inmediato despliegue de todos los poderes de consuelo del señor del departamento.
Porque allí estaban las peinetas -el juego completo de peinetas, una al lado de otra, que Delia había estado admirando durante mucho tiempo en una vitrina de Broadway. Eran unas peinetas muy hermosas, de carey auténtico, con sus bordes adornados con joyas y justamente del color para lucir en la bella cabellera ahora desaparecida. Eran peinetas muy caras, ella lo sabía, y su corazón simplemente había suspirado por ellas y las había anhelado sin la menor esperanza de poseerlas algún día. Y ahora eran suyas, pero las trenzas destinadas a ser adornadas con esos codiciados adornos habían desaparecido.
Pero Delia las oprimió contra su pecho y, finalmente, fue capaz de mirarlas con ojos húmedos y con una débil sonrisa, y dijo: "¡Mi pelo crecerá muy rápido, Jim!."
Y enseguida dio un salto como un gatito chamuscado y gritó:
"¡Oh, oh!"
Jim no había visto aún su hermoso regalo. Delia lo mostró con vehemencia en la abierta palma de su mano. El precioso v opaco metal pareció brillar con la luz del brillante y ardiente espíritu de Delia.
"¿Verdad que es maravillosa, Jim? Recorrí la ciudad entera para encontrarla. Ahora podrás mirar la hora cien veces al día si se te antoja. Dame tu reloj. Quiero ver cómo se ve con ella puesta."
En vez de obedecer, Jim se dejo caer en el sofá, cruzó sus manos debajo de su nuca y sonrió.
"Delia", le dijo,"olvidémonos de nuestros regalos de Navidad. Son demasiado hermosos para usarlos en este momento. Vendí mi reloj para comprarte las peinetas. Y ahora pon la carne al fuego."
Los Reyes Magos, como ustedes seguramente saben, eran muy sabios -maravillosamente sabios- y llevaron regalos al Niño en el Pesebre. Ellos fueron los que inventaron los regalos de Navidad. Como eran sabios, no hay duda que también sus regalos lo eran, con la ventaja suplementaria, además, de poder ser cambiados en caso de estar repetidos. Y aquí os he contado, en forma muy torpe, la sencilla historia de dos jóvenes atolondrados que vivían en un departamento y que insensatamente sacrificaron el uno al otro los más ricos tesoros que tenían en su casa. Pero, para terminar, digamos a los sabios de hoy en día que, de todos los que hacen regalos, ellos fueron los más sabios. De todos los que dan y reciben regalos, los más sabios son los seres como Jim y Delia. Ellos son los verdaderos Reyes Magos.
El Sueño
(The Dream)
O. Henry
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Murray tuvo un sueño.
La psicología vacila cuando intenta explicar las aventuras de nuestro mayor inmaterial en sus andanzas por la región del sueño, "gemelo de la muerte". Este relato no quiere ser explicativo: se limitará a registrar el sueño de Murray. Una de las fases más enigmáticas de esa vigilia del sueño, es que acontecimientos que parecen abarcar meses o años, ocurren en minutos o instantes.
Murray aguardaba en su celda de condenado a muerte. Un foco eléctrico en el cielo raso del comedor iluminaba su mesa. En una hoja de papel blanco una hormiga corría de un lado a otro y Murray le bloqueaba el camino con un sobre. La electrocutación tendría lugar a las nueve de la noche. Murray sonrió ante la agitación del más sabio de los insectos.
En el pabellón había siete condenados a muerte. Desde que estaba ahí, tres habían sido conducidos: uno, enloquecido y peleando como un lobo en una trampa; otro, no menos loco, ofrendando al cielo una hipócrita devoción; el tercero, un cobarde, se desmayó y tuvieron que amarrarlo a una tabla. Se preguntó como responderían por él su corazón, sus piernas y su cara; porque ésta era su noche. Pensó que ya casi serían las nueve.
Del otro lado del corredor, en la celda de enfrente, estaba encerrado Carpani, el siciliano que había matado a su novia y a los dos agentes que fueron a arrestarlo. Muchas veces, de celda a celda, habían jugado a las damas, gritando cada uno la jugada a su contrincante invisible.
La gran voz retumbante, de indestructible calidad musical, llamó:
- Y, señor Murray, ¿cómo se siente? ¿Bien?
- Muy bien, Carpani - dijo Murray serenamente, dejando que la hormiga se posara en el sobre y depositándola con suavidad en el piso de piedra.
- Así me gusta, señor Murray. Hombres como nosotros tenemos que saber morir como hombres. La semana que viene es mi turno. Así me gusta. Recuerde, señor Murray, yo gané el último partido de damas. Quizás volvamos a jugar otra vez.
La estoica broma de Carpani, seguida por una carcajada ensordecedora, más bien alentó a Murray; es verdad que a Carpani le quedaba todavía una semana de vida.
Los encarcelados oyeron el ruido seco de los cerrojos al abrirse la puerta en el extremo del corredor. Tres hombres avanzaron hasta la celda de Murray y la abrieron. Dos eran guardias; el otro era Frank -no, eso era antes- ahora se llamaba el reverendo Francisco Winston, amigo y vecino de sus años de miseria.
- Logré que me dejaran reemplazar al capellán de la cárcel -dijo, al estrechar la mano de Murray.
En la mano izquierda tenía una pequeña biblia entreabierta.
Murray sonrió levemente y arregló unos libros y una lapicera en la mesa. Hubiera querido hablar, pero no sabía que decir. Los presos llamaban a este pabellón de veintitrés metros de longitud y nuevo de ancho, Calle del Limbo. El guardia habitual de la Calle del Limbo, un hombre inmenso, rudo y bondadoso, sacó del bolsillo un porrón de whisky, y se lo ofreció a Murray diciendo:
- Es costumbre, usted sabe. Todos lo toman para darse ánimo. No hay peligro de que se envicien.
Murray bebió profundamente.
- Así me gusta -dijo el guardia-. Un buen calmante y todo saldrá bien.
Salieron al corredor y los siete condenados lo supieron. La Calle del Limbo es un mundo fuera del mundo y si le falta alguno de los sentidos, lo reemplaza con otro. Todos los condenados sabían que eran casi las nueve, y que Murray iría a su silla, a las nueve. Hay también, en las muchas calles del Limbo, una jerarquía del crimen. El hombre que mata abiertamente, en la pasión de la pelea, menosprecia a la rata humana, a la araña, y a la serpiente. Por eso solo tres saludaron abiertamente a Murray, cuando se alejó por el corredor, entre los guardias: Carpani y Marvin que al intentar una evasión habían matado a un guardia, y Bassett, el ladrón que tuvo qeu matar porque un inspector, en un tren, no quiso levantar las manos. Los otros cuatro guardaban humilde silencio.
Murray se maravillaba de su propia serenidad y casi indiferencia. En el cuarto de las ejecuciones había unos veinte hombres, entre empleados de la cárcel, periodistas y curiosos que...
Aquí en medio de una frase, El Sueño quedó interrumpido por la muerte de O. Henry. Sabemos sin embargo el final: Murray, acusado y convicto del asesinato de su esposa, enfrentaba su destino con inexplicable serenidad. Lo conducen a la silla eléctrica, lo atan. De pronto, la cámara, los espectadores, los preparativos de la ejecución, le parecen irreales. Piensa que es víctima de un error espantoso. ¿Por qué lo han sujetado a esa silla? ¿Qué ha hecho? ¿Qué crimen ha cometido? Se despierta: a su lado están su mujer y su hijo. Comprende que el asesinato, el proceso, la sentencia de muerte, la silla eléctrica, son parte de un sueño. Aún trémulo, besa en la frente a su mujer. En ese momento, lo electrocutan.
La ejecución interrumpe el sueño de Murray.
domingo, 4 de marzo de 2012
Animal Farm (George Orwell)
La historia es conmovedora, uno no puede evitar identificarse a veces con un personaje y a veces con otro, cuando se deja llevar por la apatía, por la codicia, por la ingenuidad. Es un libro corto pero efectivo, que deja claro que nunca nos debemos dejar llevar por lo que otros dicen, especialmente cuando ellos están en el poder. No debemos ser ovejas que siguen ciegamente al pastor, no debemos ser sordos y apáticos a las injusticias sociales, no debemos limitarnos a nuestro pequeño mundo, sino que debemos tener una visión amplia de lo que pasa a nuestro alrededor.
Como nota al margen, me agrada recordar que empecé a leer Animal Farm en Shakespeare Books and Co, en una version viejisima en inglés. Esto no tiene mayor importancia, pero le da cierto aire especial pues desde el primer momento supe que era un libro que sobresale del resto, y la imagen que tengo de la escena espero que siempre quede grabada en mi memoria.
En fin. Recomendadísimo.
martes, 28 de febrero de 2012
Cuentos de Fredric Brown (I)
Es especialmente útil como un medio de aproximación a la lectura casual, pues sus cuentos son fáciles de leer en cualquier ambiente: mientras comes, mientras vas en el bus, mientras estás en una sala de espera, y tantos otros sitios donde se requiera algo rápido y de fácil digestión.
Gran parte del impacto en sus cuentos depende del final (como en todo cuento), pero ya que son cuentos tan cortos, el final es practicamente el comienzo, y así se asegura, en muchos casos, una obra maestra de principio a fin.
Los cuentos recopilados aquí pertenecen a mi colección en TXT, que con gusto devoro en una pequeña palm de 5" (aún no me integro al club del Kindle o de las tablets). Son algo así como 37 cuentos, cuya característica en común es que cada uno en formato texto no ocupaba más de 15kb.
La calidad es variada, así como los temas. Pasamos por historias policiacas, ciencia ficción, fantasía y esoterismo, historias más o menos eróticas desde un punto de vista puramente masculino (siempre marcadas por la ironía) y algunos otros géneros en que suele destacarse el humor negro y las ganas de sorprender o de sugerir algo en qué pensar.
Vale la pena leerlos todos (aunque algunos estén por debajo del estándar) pero algunos de mis favoritos serían:
Caín (a mi gusto, el mejor)
Cortesía (ridiculamente divertido)
El Arma (excelente)
El Cumpleaños de Granny (lo veía venir)
El Solipsista (para pensar...)
El Experimento (hace parte de una serie de cuentos de viajes en el tiempo, aunque los demás no están aquí)
Juego de Espejos (una buena imagen al infinito)
La Casa (imagen literaria de sueños cotidianos)
La Ciudad Soñada (por su inquietud política)
Y bueno, no siendo más, dejo aquí el libro para leer online, o lo pueden descargar desde ISSUU (es formato odt, se lee con Open Office o Libre Office)
lunes, 20 de febrero de 2012
La Ruina de Londres (Robert Barr)
No conocía nada del autor y haciendo una rápida busqueda en wikipedia me doy cuenta que no fue tan prolífico, y la mayoría de sus trabajos provienen de sus últimos años.
sábado, 18 de febrero de 2012
Sherlock Holmes: El Hombre del Labio Torcido
viernes, 10 de febrero de 2012
Olalla (Robert Louis Stevenson)
miércoles, 8 de febrero de 2012
Buenos Presagios (Neil Gaiman - Terry Pratchett)
BUENOS PRESAGIOS
La Narración de Ciertos Acontecimientos ocurridos en
los últimos once años, de acuerdo y en conformidad,
como se demostrará más adelante, con:
Las Buenas y Ajustadas Profecías de Agnes la Chalada
Recopiladas y editadas, con anotaciones de índole Educativa
y Preceptos para los Sabios,
por Neil Gaiman y Terry Pratchett.
DRAMATIS PERSONAE
SERES SOBRENATURALES
Dios (Dios)
Metatrón (La Voz de Dios)
Azirafel (Un ángel y vendedor de libros raros en su tiempo libre)
Satán (Un Ángel Caído; el Adversario)
Belcebú (Otro Ángel Caído y Príncipe del Infierno)
Hastur (Un Ángel Caído y Duque del Infierno)
Ligur (Otro Ángel Caído y Duque del Infierno)
Crowley (Un Ángel que más que Caer, se Dio un Garbeo Calle Abajo)
JINETES DEL APOCALIPSIS
MUERTE (La Muerte)
GUERRA (La Guerra)
HAMBRE (El Hambre)
POLUCIÓN (La Polución)
HUMANOS
No Cometerás Adulterio Pulsifer (Un Cazador de Brujas) Agnes la Chalada (Una Profetisa) Newton Pulsifer (Empleado Administrativo y Soldado Cazabrujas) Anatema Device (Ocultista Practicante y Descendiente Profesional)
Shadwell (Sargento Cazabrujas) Madame Tracy (Jezabel pintada -sólo mañanas, Jueves a convenir- y Médium) Hermana Mary Locuaz (Una Monja Satánica de la Orden de las Parlanchinas de Santa Berilia) El Señor Young (un Padre) El Señor Tyler (Un Presidente de la Asociación de Vecinos) Un Mensajero
ELLOS
ADÁN (Un Anticristo)
Pepper (Una Niña)
Wensleydale (Un Niño)
Brian (Un niño)
Y además un Coro de Tibetanos, Alienígenas, Americanos, Atlantes y otras extraordinarias y singulares Criaturas de los últimos Días.
Y:
Perro (un satánico sabueso infernal y terror de los gatos)
miércoles, 25 de enero de 2012
Noúmeno, extracto .(Adolfo Bioy Casares)
miércoles, 18 de enero de 2012
A Contracuento (Nicolás Buenaventura)

Para aquellos que prefieren los cuentos de la tradición oral, a aquellos que han sido creados especialmente para ser leídos, Nicolás Buenaventura siempre representa una opción fresca y amena. Sus cuentos vienen de todas partes del mundo y representan diversas formas de cierto saber ancestral que todas las culturas tienen.
Estos cuentos han sido narrados de una generación a otra por abuelos, padres, hermanos, tíos y, por supuesto, por cuenteros. Durante el tiempo han sufrido los cambios que el narrador de turno considere convenientes, han evolucionado, crecido, se han nutrido de las bocas de cuantos los transmitieron. Buenaventura los asemeja a entes vivientes, que nacen, crecen, se reproducen (formando familias enteras de cuentos relacionados por ancestros comunes) y mueren, mueren cuando la gente los olvida, cuando ya no hay nadie que los cuente.
La idea del libro es crear una especie de muñeca rusa, donde un cuento se encuentra dentro de otro y otro dentro de él, y así sucesivamente, aunque realmente me pareció más bien que los cuentos se intercalaban mas no se contenían.
Aquí dejo la presentación del libro:
Un cuentero es alguien habitado de cuentos y mitos. Un grupo de guerreros, que todavía no ha olvidado lo que es el honor, vive en su tobillo. Tres hombres que buscan su destino, cada uno de manera distinta, habitan su hombro. Una cantidad de mujeres hermosas se han instalado en sus rodillas. Otras, más curiosas, lo recorren de arriba abajo. Un ministro honesto, lleno de principios y con un solo fin, vive detrás de su oreja. Una pareja de hermosos enamorados se ama en la comisura de sus ojos… De un momento a otro, estos personajes, con sus historias, deciden subir por su garganta y, “a contracuento”, llegar a su boca y acontecer en su palabra
miércoles, 4 de enero de 2012
El Libro de la Salsa (Cesar Miguel Rondón)

Reanimado en mi espíritu salsero gracias a la pasión de mi novia por el género, decidí echarle una leída a este libro, el cual fue catalogado por mi hermano, gran conocedor del tema, como elemento de consulta indispensable para cualquier salsómano.
La verdad es que me gustó bastante. El escritor tiene un estilo para narrar que no me convence del todo, y es algo reiterativo en algunos temas, pero no se puede negar que sabe bastante del tema (y bastante es BASTANTE). La información que provee es de primera mano, con entrevistas a los artistas, anécdotas contadas por amigos y conocidos metidos dentro del mundo de la salsa en la década de los 70, y a eso le suma su vasto conocimiento debido a su presencia continua en el mundo de la radio y la música caribeña.
El libro no es nada nuevo, fue publicado en 1979, y por lo tanto solo recoge los principios de la salsa, desde el final del reinado de las grandes orquestas, a mediados de los 60, hasta la caída del boom impulsado por la Fania a finales de los 70. Sin embargo esto es tiempo más que suficiente para conocer a muchos de nuestros grandes ídolos como Hector Lavoe, Roberto Roena, Willie Colón, Rubén Blades y un largo etcétera. Probablemente aquí se encuentra una de las mejores referencias para la salsa clásica que tanto nos gusta en mi querida Cali, y sirve como punto de partida para enriquecer la colección de cualquier aficionado a la salsa buena, la de golpe, la de azotar baldosa.
Ante la escasez de libros que manejen este tema con tal profundidad, he de decir que lo recomiendo ampliamente, aunque no sé si sea fácil de conseguir (salvo por internet)
lunes, 2 de enero de 2012
La Otra Orilla (Cortázar)

Ambientado por el regreso a mi hogar, he decidido retomar algunos de mis viejos libros y releerlos con un ánimo más juicioso. Así que empecé por Cortázar, para darle algo de densidad y aleatoriedad a mi espíritu literario.
Los cuentos publicados en esta colección corresponden a la etapa temprana de Cortázar, cuando todavía no era el genio aclamado por todos sino un escritor más en busca de su estilo. Esto de la búsqueda se nota en los constantes cambios que muestra de un escrito a otro, tanto en género como en narrador y lenguaje utilizado.
Son divertidos, y de una naturaleza más inocente que sus posteriores trabajos, pero no por eso dejan de tener esa continua inyección de ideas transgresoras, que no apelan a la lógica normal, sino que intentan convertir el mundo del lector en un mar de dudas e invenciones.
Algunas observaciones sueltas sobre los que más llamaron mi atención: Llama el teléfono (previsible pero angustiante), Puzzle (macabro, muy macabro), Retorno de la noche (algo asfixiante, muy bien narrado), Mudanza (una gran idea, un estilo similar al de trabajos posteriores), Limpiadores de Estrellas (de alguna manera me recuerda a Fredric Brown) y La Estación de la Mano (una inocente locura, probablemente mi favorito de esta colección).
Los cuentos que integran este libro son:
Plagios y Traducciones:
I- El hijo del vampiro
II- Las manos que crecen
III- Llama el teléfono, Delia
IV- Profunda siesta de Remi
V- Puzzle
Historias de Gabriel Medrano:
I- Retorno de la noche
II- Bruja
III- Mudanza
IV- Distante espejo
Prolegomenos a la Astronomía:
I- De la simetría interplanetaria
II- Los limpiadores de estrellas
III- Breve curso de Oceanografía
IV- Estación de la mano
viernes, 30 de diciembre de 2011
THE CASK OF AMONTILLADO (Edgar Allan Poe)
lunes, 5 de diciembre de 2011
La Histeria de Colombia

martes, 7 de junio de 2011
El Hombre que Cuenta
Sobre la función, recuerdo claramente como Nicolás contó el ahora clásico cuento de "Porqué el amor es ciego y es loco", lo escuché fascinado, sorprendido, convencido de que algo había cambiado por dentro... las palabras habían cobrado vida.
Los libros siempre han sido una parte importantísima de mi vida... pero las palabras que los componían, a pesar de ser evocadoras de mundos llenos de aventura y emociones, seguían siendo algo estático, escrito en piedra... eran... fantasmas.
Cuando descubrí la cuentería encontré que esos mundos no sólo deben ser evocados, sino invocados, que lo que somos habita a la vez en tantos lugares como deseemos y que no solo podemos viajar a ellos sino hacer que ellos viajen a nosotros y que rodeen a quienes estan a nuestro lado, invitándolos a compartir con nosotros ese mundo.
Ahora estoy a muchos kilómetros y muchos años de la loma de la cruz donde solía escuchar a esos cuenteros-culebreros siempre muertos de hambre pero dispuestos a comer a costillas de los que los escuchabamos a veces deleitados y a veces simplemente partidos de la risa. También estoy muy lejos de los "Cuentos del Espíritu" que me acompañaron durante incontables noches desde mi niñez. Pero aun así, cada pedazo de esas historias habita en mí, habita en todos... cada cuento construye un universo porque, en el principio, fue la palabra.
EL HOMBRE QUE CUENTA
(Por Nicolás Buenaventura, inspirado en una leyenda de origen persa)
Allá, donde la Tierra termina, hay un hombre sentado frente al Mar. El hombre habla. Le cuenta al Mar el origen del mundo, el nacimiento de las aguas, la aparición de la tierra y el crecimiento de las montañas.
Le dice el nombre de cada árbol, de cada pájaro, de cada pez.
Le cuenta la historia de la primera mujer y del primer hombre. La historia del primer amor.
La historia del primer nacimiento y aquella de la primera muerte.
Todo se lo cuenta. Y cuando no puede contarle otra cosa, le cuenta que está contando. Y si no puede contar que está contando; inventa otros orígenes, otros mundos, cuenta cuentos nunca oídos, cuentos que nunca más se volverán a escuchar.
No se calla. Siempre hay algo que contar.
El viento y las olas acompañan sus relatos. El río le da de beber. Los pájaros, los peces, los cangrejos y los caracoles lo alimentan.
A fuerza de verlo ahí, sentado, hablando sólo, sin que nadie le responda, algunos han terminado por creer que está loco y lo han abandonado. Otros le traen, de vez en cuando, una que otra historia. Y hay quienes lo acompañan y se sientan a escucharlo. A pesar de los primeros, con los segundos y para los terceros, el hombre sigue contando. El Mar es niño, un niño inquieto y fuerte que no deja de crecer. Las palabras del hombre lo calman, hacen que se hamaque en sus olas, que suba y baje en regulares mareas, que se arrulle con su murmullo constante.
Cuando el hombre se detiene a comer, a beber, a dormir, cuando se cansa de estar sentado y camina un poco; se desencadenan las tempestades, los huracanes, los tifones y las grandes marejadas. Se enfurecen las aguas del mundo y devoran los barcos y devoran los puertos.
Con sus palabras, con sus historias, el hombre calma al Mar. Él no lo sabe. Si alguien le pregunta por qué cuenta, no sabrá responder. Solo sabe que debe contar, que nació para contar.
Si un día el hombre decide no hablar más, si sus palabras se agotan, si se le acaban las historias, si los hombres y las mujeres lo abandonan, si lo abandona el río, si lo abandonan los pájaros, los peces, los cangrejos y los caracoles, si el Mar crece y se olvida de ser niño, si decide no escucharlo más, se desencadenará la fuerza contenida en los elementos y el mundo que conocemos desaparecerá.
sábado, 4 de junio de 2011
Wen, el Eternamente Sorprendido

En uno de esos días de inmenso stress por la cantidad de trabajos para el máster, decidí que lo mejor era irme a comer una Burger King y olvidarme de los problemas. Bueno, en principio la medicina correctra no es una bk sino una maconals, pero había que coger lo que había a la mano.
De camino para allá, me puse a pensar en lo patético de comer solitariamente, así que hice lo de miguelito, me fui a buscar un amigo... en la librería más cercana.
Comencé por la sección Comics y Literatura Fantástica.... un buen descubrimiento, una novela gráfica basada en una novela de Philip K. Dick. Así que decidí ir a buscar el libro. Sorry, mala suerte, en la dichosa librería no había practicamente nada de Philip.
Sin embargo, en medio de mis ires y venires por los estantes, pasé unas 800 veces al frente de los doscientos mil volúmenes del Mundo Disco. Así que al final, decidí rendirme a mi viejo hábito.
Cuando no encuentras lo que quieres y no sabes que más buscar... toma el camino seguro, cómprate algo de Terry Pratchett. Y sí... en mis manos ahora se encuentra un ejemplar del dichoso "Ladrón del Tiempo" la novela no-se-que-número de la saga.
A partir de la primera página no he parado de reirme cada medio párrafo, y ya prácticamente soy un discípulo de las enseñanzas de Wen, Lu-Tze y la señora Cosmopilitan. Así que para la muestra... un momento de profunda sabiduría, rematado al estilo Pratchett:
Las primeras palabras que leen aquellos que tratan de alcanzar la iluminacion en los valles secretos cercanos al eje del mundo donde resuenan los gongs y merodean los yetis, las encuentran al ojear "La Vida de Wen, el Eternamente Sorprendido".
Lo primero que preguntan es: Porque estaba eternamente sorprendido?
Y la respuesta que reciben es: "Wen reflexionó sobre la naturaleza del tiempo y entendio que el universo se recrea de nuevo, instante tras instante. Por tanto, comprendio que en verdad no existe el pasado, unicamente un recuerdo del pasado. Cuando se parpadea, el mundo que se ve al abrir los ojos no existia al cerrarlo. Por tanto, dijo él, el unico estado apropiado en la mente es la sorpresa. El unico estado apropiado en el corazonj es el gozo. El cielo que estas viendo ahora no lo habias visto nunca antes. El momento perfecto es ahora. Alégrate de ello".
Las primeras palabras que leyó el joven Lu-Tze mientras trataba de alcanzar la perplejidad en la oscura, abarrotada y empapada por la lluvia ciudad de Ankh-Morpork fueron: "Se alquilan habitaciones, precios muy razonables". Y se alegró de ello.
jueves, 2 de junio de 2011
Verdadero Amor
Miłość szczęśliwa
Miłość szczęśliwa. Czy to jest normalne,
czy to poważne, czy to pożyteczne -
co świat ma z dwojga ludzi,
którzy nie widzą świata?
Wywyższeni ku sobie bez żadnej zasługi,
pierwsi lepsi z miliona, ale przekonani,
że tak stać się musiało - w nagrodę za co?
za nic;
światło pada znikąd -
dlaczego właśnie na tych, a nie na innych?
Czy to obraża sprawiedliwość? Tak.
Czy to narusza troskliwie piętrzone zasady,
strącą ze szczytu morał? Narusza i strąca.
Spójrzcie na tych szczęśliwych:
gdyby się chociaż maskowali trochę,
udawali zgnębienie krzepiąc tym przyjaciół!
Słuchajcie, jak się śmieją - obraźliwie.
Jakim językiem mówią - zrozumiałym na pozór.
A te ich ceremonie, ceregiele,
wymyślne obowiązki względem siebie -
wygląda to na zmowę za plecami ludzkości!
Trudno nawet przewidzieć, do czego by doszło,
gdyby ich przykład dał się naśladować.
Na co liczyć by mogły religie, poezje,
o czym by pamiętano, czego zaniechano.
Miłość szczęśliwa. Czy to jest konieczne?
Takt i rozsądek każą milczeć o niej
jako skandalu z wysokich sfer Życia.
Wspaniale dziatki rodzą się bez jej pomocy.
Przenigdy nie zdolałaby zaludnić ziemi,
zdarza się przecież rzadko.
Niech ludzie nie znający miłości szczęśliwej
twierdzą, że nigdy nie ma miłości szczęśliwej.
Z tą wiarą lżej im będzie i żyć, i umierać.
Verdadero Amor
Verdadero amor. Es normal?
es serio? es práctico?
Que obtiene el mundo de dos personas
que existen en su propio mundo?
Puestas en un pedestal sin ninguna buena razón,
tomadas aleatoriamente de entre millones
pero convencidas de que tenía que suceder así.
En recompensa por qué?
Por nada.
La luz desciende desde ningún lado.
Porqué en estas dos y no en otras?
No es una ofensa a la justicia? Sí, lo es.
No perturba nuestros principios cuidadosamente construídos
y tumba a la moral de su cima? Si, doblemente sí.
Mira a la feliz pareja.
No podrían al menos tratar de esconderlo?
Fingir un poco de depresión,
aunque sea por el bienestar de sus amigos?
Escucha esas sonrisas - Es un insulto.
El lenguaje que usan - engañosamente claro.
Y sus pequeñas celebraciones, rituales,
las rutinas elaboradas mutuamente -
Obviamente están tramando algo a espaldas de la humanidad!
Es difícil siquiera sospechar que tan lejos llegarán las cosas
si la gente empieza a seguir su ejemplo.
Para que servirían la religión y la poesía?
Que sería recordado? a qué renunciaríamos?
Quien querría mantenerse dentro de los límites?
Verdadero amor. Es realmente necesario?
El tacto y el sentido común nos invitan a eludirlo en silencio.
Como un escándalo en los círculos más altos.
Niños perfectamente sanos han nacido sin su intervención.
No podría poblar el planeta ni en un millón de años,
apareciendo de esa manera tan ocasional.
Dejemos que la gente que nunca lo ha encontrado
siga diciendo que no existe.
Su fé les hará más facil vivir y morir.
miércoles, 19 de mayo de 2010
I AM LEGEND

Hace unos años, cuando salió la película, me gustó bastante a pesar de las críticas sobre los efectos especiales algo deficientes y algunos comentarios sobre la simplicidad del argumento,
En estos días encontré el libro en mi e-biblioteca, así que decidí leerlo. Estaba cansado de leer cuentos de terror, novelas históricas y en general, material demasiado denso en palabras pero tal vez sin un contenido psicológico adecuado para mi apetito actual.
Debo decir que la película no hace para nada justicia al libro. La obra de Richard Matheson es realmente una obra de arte, oscura pero sencilla, sin la pretensión de adornarse en palabras superfluas. Retrato fiel de la psicología de la soledad.
Neville lucha contra los vampiros, se convierte en su cazador, pero para él no es una aventura, no es algo heroico. Es simplemente una rutina más, porque cree que es necesario, como comer y dormir. Porque anhela encontrar una respuesta, aunque esto no signifique encontrar una solución.
Neville se acostumbra a la soledad, demostrando que cualquier estado, si se prolonga lo suficiente, se convierte en normal, y son las alteraciones de este estado las que nos sobresaltan porque atacan el equilibrio establecido (no importa DONDE está el equilibrio en nuestra antigua escala, importa que el equilibrio EXISTA y de lugar a una escala actual)
Suelta en medio de todo un concepto maravilloso: La normalidad es un concepto mayoritario. No importa lo que creemos que es verdad, importa lo que la mayoría cree que es verdad.
Unas setenta páginas de retrato cotidiano de un hombre que vive porque no sabe hacer otra cosa, que defiende su existencia a toda costa aunque por momentos el pasado lo invite a dejarse llevar por los brazos de la oscuridad.
Al final, una revelación: son las circunstancias las que convierten a los seres en legenda.
martes, 18 de mayo de 2010
The Colour Of Magic
La primera vez que oí nombrar a Mundodisco, fue en una revista de videojuegos, allá a mediados de los 90. Obviamente hablaban del videojuego, del cual había salido ya la segunda parte y era un derroche audiovisual para la época.Me llamó bastante la atención la idea, pero nunca me puse a la tarea de averiguar más sobre el asunto.
Hace unos meses una compañera de clase, al preguntarle cual era su escritor favorito, respondió que Terry Pratchet, el de Mundodisco, y me quedé pensando ¿cómo?¿y ese milagro que no dijo que J.K Rowling o Tolkien... o cualquiera de esos?.
Ok, pues aprovechando la vuelta del tema, tomé mi fabulosa biblioteca digital, y pasé el Discworld 1 (The Colour of Magic) a mi Palm y empecé a leerlo.
Sin palabras. El libro es un deleite de parodia fantástica-negra-sarcástica-ridícula. Empezando porque los protagonistas son un mago fracasado que sólo sabe un hechizo (y no puede dejarlo pronunciar) y un gordito de gafas con un montón de oro que termina convirtiéndose en el primer TURISTA de Mundodisco (eso sin mencionar al baúl con cientos de patas y mentalidad asesina que lo acompaña fielmente a todo lado). El libro se burla de todo: de los turistas, de la magia, de la religión, de las novelas fantásticas, de la informática... en un mundo que se sostiene sobre cuatro elefantes que viajan por el espacio en el lomo de una tortuga gigante, y donde los dioses mantienen borrachos y jugando a los dados utilizando como fichas a los humanos, TODO es posible.
Así que, va uno... quedan otros treinta y pico libros de la saga para leer (evidentemente a Pratchet le tiene sin cuidado lo que la gente pueda decir sobre su monotematismo, si hay 7 o no se cuantos libros de Harry Plotter... ¿porqué no puede él escribir su propia saga de medio centenar de libros? sin mencionar que Mundodisco salió casi décadas antes que Harry).
Totalmente recomendable. 9/10