miércoles, 18 de enero de 2012

A Contracuento (Nicolás Buenaventura)


Para aquellos que prefieren los cuentos de la tradición oral, a aquellos que han sido creados especialmente para ser leídos, Nicolás Buenaventura siempre representa una opción fresca y amena. Sus cuentos vienen de todas partes del mundo y representan diversas formas de cierto saber ancestral que todas las culturas tienen.
Estos cuentos han sido narrados de una generación a otra por abuelos, padres, hermanos, tíos y, por supuesto, por cuenteros. Durante el tiempo han sufrido los cambios que el narrador de turno considere convenientes, han evolucionado, crecido, se han nutrido de las bocas de cuantos los transmitieron. Buenaventura los asemeja a entes vivientes, que nacen, crecen, se reproducen (formando familias enteras de cuentos relacionados por ancestros comunes) y mueren, mueren cuando la gente los olvida, cuando ya no hay nadie que los cuente.
La idea del libro es crear una especie de muñeca rusa, donde un cuento se encuentra dentro de otro y otro dentro de él, y así sucesivamente, aunque realmente me pareció más bien que los cuentos se intercalaban mas no se contenían.

Aquí dejo la presentación del libro:

Un cuentero es alguien habitado de cuentos y mitos. Un grupo de guerreros, que todavía no ha olvidado lo que es el honor, vive en su tobillo. Tres hombres que buscan su destino, cada uno de manera distinta, habitan su hombro. Una cantidad de mujeres hermosas se han instalado en sus rodillas. Otras, más curiosas, lo recorren de arriba abajo. Un ministro honesto, lleno de principios y con un solo fin, vive detrás de su oreja. Una pareja de hermosos enamorados se ama en la comisura de sus ojos… De un momento a otro, estos personajes, con sus historias, deciden subir por su garganta y, “a contracuento”, llegar a su boca y acontecer en su palabra

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